Te invito a leer también mis RELATOS

Quique

Quise saber como te llamas
y ayer te lo pregunté,
pero no te diste cuenta de que te estaba hablando.
Soy tan pequeño
que ni siquiera mi voz
ha podido brincar
por encima de tu nombre.

Me entretengo en el jardín
viendo moverse a las hormigas
mientras tú riegas tus rosas
por detrás de la cerca.
Creo que puedo llamarte
empezando por A,
pero aun no he encontrado la palabra en mi cartilla.
Me han dicho que creceré pasados diez veranos,
pero aun no he aprendido la lección de las estaciones...

Continuaré contigo a pesar de que la escuela
me aparte del jardín la mayor parte del día.
Eres el uno que crece por encima del cero
o la “i” que me mira con su único ojo
cuando la “o” bosteza al final de la palabra.

Las clases se suspenden cuando empieza el calor
al tiempo que mis amigos se marchan sin despedirse
Me quedan las cigarras que brincan en el jardín,
pero tú ya no vienes a ocuparte de las rosas.

La luz de tu ventana se apagó al anochecer.
El viento me repite el jolgorio de un baile
que parece llegar desde el pueblo vecino...

Me han dicho que creceré pasados nueve inviernos,
pero aun no he aprendido la lección de las estaciones...